Repsolito es un pilluelo tan mimoso como listo. Es un poco locuelo, como si se hubiera detenido a disfrutar de la “cachorrescencia” un poco más de lo que tocaba, porque le supo a poco. Es tiernísimo, mimosote y dulce, le encanta tumbarse contigo en el sofá, o en la cama. Es muy juguetón, y te cucará para que juegues con el siempre que te vea aburrido. Te recibe al llegar a casa como si le hubiera tocado la lotería cada vez que te ve. Se sabe mil trucos: se sentará, te subirá las patas, y lo que haga falta para sacarte mimos y, sobre todo, chuches, porque es golosísimo.